La Asociación Lengua Común está constituida por ciudadanos residentes en Aragón, que decidieron crear la asociación ante las posiciones mantenidas por todos los partidos políticos con representación en las Cortes de Aragón durante las negociaciones para acordar el anteproyecto de Ley de Lenguas de Aragón, ratificadas sin reparos durante la aprobación parlamentaria de la Ley de uso, protección y promoción de las lenguas propias de Aragón, que no considera el castellano lengua propia de los aragoneses.
Lengua Común es una asociación cívica, que no participa en la política partidista, pero preocupada por las decisiones políticas que afectan a los intereses generales. En ésta tesitura la Asociación considera fundamental que surjan formaciones políticas que propugnen la modificación de la Ley de Lenguas de Aragón para evitar que sea el trampolín de movimientos irredentistas y para reconocer lo obvio, que el español es la lengua común de todos los aragoneses y la lengua materna del 98% de la población aragonesa.
La Asociación no tiene entre sus fines la defensa del español, una lengua en continua expansión en todos los continentes. Se trata de una cuestión de derechos democráticos y libertades individuales. La decisión de los estamentos políticos aragoneses de desterrar el castellano con la panoplia de lenguas particulares e históricas de la Comunidad de Aragón es congruente con los propósitos tenaces de las castas políticas y financieras locales y autonómicas de fragmentar el ámbito nacional español en múltiples feudos de decisión, desde los cuales pueden ejercer el poder político sempiterno y disfrutar de privilegios económicos.
Las Cortes de Aragón con la Ley de Lenguas, han pergeñado un proyecto identitario aragonés. No es descabellado prever que los sucesivos desarrollos de ésta norma se dirigirán a corregir la “anómala” situación que disfruta una lengua “foránea”, el castellano, en los ámbitos del sector público, instituciones y administración. En nombre del patrimonio cultural aragonés y la defensa de las lenguas minoritarias, pueden organizarse movimientos que conculquen libertades fundamentales con el propósito de confinar el rasgo más emblemático del ciudadano aragonés, la lengua castellana y con ella el elemento primordial del desarrollo, convivencia y cohesión de Aragón.
Por descontado que una de las consecuencias inmediatas sería dificultar con el uso de las lenguas propias de Aragón las oportunidades laborales de muchos ciudadanos y destinar considerables partidas presupuestarias para la aplicación de la Ley de Lenguas.
La Asociación Lengua Común se ha creado ante los graves riesgos que para la sociedad aragonesa representa un proyecto étnico y soberanista que utilice como instrumento político el catalán y la fabla.