Los independentistas ya no hablan de lengua castellana, dicen español lengua de España, nación extraña a Catalunya. Desmontan, sin miramientos, los tópicos que el nacionalismo lingüístico ha vertido sobre los castellanohablantes y que éstos han asumido pánfilamente hasta la culpabilidad y la esquizofrenia. Ciñéndose a la realidad científica y social y a la terminología internacional de la lingüística, el español es nuestra lengua y no el castellano
Si en el Reino de Castilla aparece la lengua castellana, los acontecimientos históricos propician que esa lengua se convierta en la lengua comunitaria de España, el español, con múltiples aportaciones de otras lenguas peninsulares. En todas las naciones europeas, la lengua nacional surge de una región muy concreta que se extiende en el transcurso de la construcción de la nación. Es el caso del francés, el italiano… El español tiene otra dimensión, la expansión imperial hispanoamericana traslada el idioma español hasta ser considerado el idioma hispano, multinacional, enriquecido con las múltiples lenguas indígenas. El antiguo castellano se denomina actualmente, español, hispano e incluso hispano inglés en las zonas hispanas de los Estados Unidos. Los españoles, lo llamamos castellano y se toma como muestra de la máxima exquisitez política. El término se coló en la Constitución; los padres de la Constitución que ejercían de izquierda federalista y de centrismo moderado juzgaron un acierto esta concesión a los nacionalistas para que se encontraran cómodos en la España democrática. Creyeron que era una acepción del diccionario que no tenía mayor trascendencia. Pero ese término, incorporado al cosmos de la obsesión nacionalista, ha sido una baza crucial en sus proyectos identitarios . En efecto, les resultó muy fácil a los medios nacionalistas convencer a parte de la población de que el catalán era la lengua propia del ciudadano de Cataluña, mientras que el castellano, asociado con Castilla, era obviamente una lengua ajena, impuesta. La dificultad era para quienes defendían que el castellano era lengua de Cataluña por ser la lengua de todos los ciudadanos españoles. Si a la lengua común de los españoles se le hubiera denominado español, como se le reconoce mundialmente, los nacionalistas no lo hubieran tenido tan fácil en su saña contra España.