Desde la Asociación Lengua Común lamentamos que se haya dado luz, finalmente, a una Ley de Lenguas para la Comunidad de Aragón.
Creemos asimismo que la ley 3/2013, de 9 de mayo, de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias de Aragón no va a servir para los fines por los que se supone que ha sido redactada, y antes bien supondrá un retroceso en los derechos y libertades de los ciudadanos de la Comunidad de Aragón.
Entendemos que la lengua es un ámbito privativo del ciudadano y que la mejor ley para esa parcela individual es la que no existe. Por ello, deploramos que el actual gobierno de Aragón, incumpliendo sus promesas electorales, reforme en vez de derogar una ley que nunca debió existir.
Queremos igualmente lamentar la forma en que se ha redactado la ley, atendiendo a la territorialidad de uso lingüístico, ya que supone un reflejo inadmisible de normativas foráneas que de forma tendenciosa buscan asimilar lengua y política. Somos conscientes de que, cuando el actual ejecutivo aragonés sea relevado, ideologías políticas más radicales y menos respetuosas con la pluralidad tendrán una buena parte de su camino impositivo andado.
La constitución de una Academia de la Lengua, en la actual situación Socio-económica de los aragoneses, es una burla al esfuerzo fiscal que los ciudadanos de nuestra comunidad tienen que hacer, ya que hurta unos valiosísimos recursos económicos en pos de una institución cuyo ámbito, stricto senso, pertenece a la sociedad civil. No se nos escapa, además, que el fin de esta institución es la normalización de las variedades lingüísticas para un uso administrativo corriente, lo que sin duda implicará la cercenación de la riqueza y pluralidad lingüística en nuestra Comunidad Autónoma.
Consideramos que el actual ejecutivo ha perdido una oportunidad de oro para denunciar la agresividad del nacionalismo catalán, que desde hace años busca la apropiación política de la lengua Lemosina, promocionando un cambio de denominación de éste dialecto del Occitano a catalán, favoreciendo una normalización lingüística efectuada muy deficientemente al estar basada en la modalidad barcelonesa del dialecto, como parte de una estrategia política expansionista y totalitaria. Del mismo modo, entendemos como condenable la rendición a estos postulados pancatalanistas de determinados partidos de la oposición, que se dicen aragoneses, y que parece renuncian a la defensa política y cultural de una buena parte de la cultura, tradición, y porqué no decirlo, del territorio aragonés con tal de tener una parcela administrativa propia en la otra.
Desde la Asociación sabemos que el uso de la lengua en la Administración debe atender a criterios técnicos y no políticos, ya que su función es facilitar su uso y no regirse por consideraciones tradicionalistas sesgadas a determinado periodo de la historia, replicando políticas vecinas que han demostrado ser perniciosas.
Puedes consultar la nueva ley aquí:http://www.boa.aragon.es/cgi-bin/EBOA/BRSCGI?CMD=VERDOC&BASE=BOLE&PIECE=BOLE&DOCS=1-28&DOCR=1&SEC=FIRMA&RNG=200&SEPARADOR=&&PUBL=20130524